La hemofilia es un trastorno en el que la sangre no coagula de forma habitual por lo que se pueden generar diferentes complicaciones.
La sangre cuenta con proteínas llamadas factores de coagulación, que son las que ayudan a detener hemorragias, las personas que padecen de hemofilia cuentan con un bajo nivel de factor coagulación XIII o IX, esto dependerá la gravedad de la enfermedad en la persona, mientras menor cantidad de factor mayor probabilidades de hemorragias.
Síntomas
Los síntomas pueden variar dependiendo el nivel de y factores de coagulación.
- Sangrado excesivo en heridas leves, después de una cirugía o después de algún tratamiento dental.
- Moretones grandes y profundos
- Sangre en la orina o en las heces
- Sangrada nasal sin causa
- En el caso específico de los bebés presentan irritabilidad sin causa alguna.
Tipos de hemofilia
Hemofilia A
Este tipo tiene la deficiencia de factor de coagulación VIII y tiene el 80% de los casos de hemofilia.
Hemofilia B
Tiene como deficiencia el factor de coagulación IX, un 20% de los diagnósticos son de este tipo, aquí la gravedad de las hemorragias va a depender de los niveles del factor IX
Hemofilia C
Se debe a la deficiencia de coagulación XI, es la menos común de los tipos de hemofilias, se caracteriza por tener pocos síntomas, los pacientes suelen sangrar de manera anormal en casos como extracción de muelas o intervenciones quirúrgicas.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por medio de una muestra de sangre donde se mide la coagulación y los trastornos de la sangre.
¿Existen factores de riesgo?
La hemofilia suele ser una enfermedad genética, por lo que el mayor factor de riesgo es tener antecedentes de familiares con esta enfermedad, también las mujeres son mucho más propensas que los hombres.
Es importante acudir al médico en caso de lesiones pequeñas con sangrados incontrolados o si se tienen articulaciones inflamadas calientes al tacto, para poder realizar las pruebas pertinentes.